Otro año acaba y… ¡qué año! El balance de 2018 ha sido inmejorable. Viajes maravillosos, gente sensacional, un nuevo y muy querido miembro en la familia y una boda muy nuestra. Todo ello sazonado con un poquito de estrés, para compensar tanta actividad positiva.
Viajes
Si por algo se han caracterizado mis últimos 12 meses es por los fantásticos viajes que he realizado. Empezamos con una vuelta al pasado en Irlanda y continuamos con una visita a la Costa Oeste de EE UU (ya os he descrito, aquí mismo, Las Vegas y Los Ángeles y, en mi otro blog Finileta, San Francisco).
Aún no me ha dado tiempo de contaros la grata sorpresa que ha supuesto Rusia y los contrastes fascinantes que descubrimos en Australia. Dejo pendientes ambas cosas para 2019.
Libros
Este año he leído y también releído. Hablaba, en junio, de adaptaciones de Jane Austen y, en agosto, de lo que enganchan los maoríes de Sarah Lark. En Australia devoré ‘La estación de las flores en llamas’ y me conquistó la primera parte de esta nueva trilogía.
Dos ideas de lectura para los próximos meses. Por una parte, ‘The love shack’, de Jane Costello, donde una pareja se dará cuenta de lo difícil que es comprar una casa. Por otra, ‘El sueño de Jeremy’, de Carole Matthews, donde se reflexiona sobre el estilo de vida urbano vs el campestre, y sobre la ambición por desarrollar una carrera profesional anteponiéndolo a la vida familiar.
Ahora mismo estoy en etapa navideña con ‘Something from Tifanny’s’ de Melissa Hill, en el que un anillo de compromiso, de la joyería por excelencia, cambiará la vida a dos parejas. Es pronto para hacer una valoración, aunque me cuesta entender las reacciones de los personajes.
Música y musicales
Melendi ha sacado nuevo disco ‘Ahora’ y, cómo no, ha tocado ir a verle. El éxito ‘Déjala que baile’, con Alejandro Sanz y Arkano, se ha convertido en todo un himno. En directo nunca defrauda, aunque eché de menos escuchar ‘Lo nuestro fue muy top’, que es divertidísima.
Los musicales han vuelto a mi vida de la mano de ‘La llamada’. Aún no había visto la película así que me sorprendió y fue irreverente y entretenida a partes iguales.
Parques temáticos
La felicidad absoluta se encuentra en los parques temáticos y este año he visitado nada menos que tres.
Estaré eternamente agradecida a mis amigas por sorprenderme llevándome a Disneyland Paris y ha sido impresionante conocer el primer Disneyland del mundo, en California. Además, tuvimos una suerte increíble, porque apenas sufrimos colas. Eso sí, aviso para navegantes, el primer castillo Disney es significativamente más pequeño que el del resto de parques.
También conocí los famosos Universal Studios. El tour merece la pena, sin duda, pero en las atracciones abusan demasiado del 3D.
¿Qué le pido a 2019? Que sea igual que 2018 y agradezco a todos los que han contribuido a que mi año haya sido inolvidable.
¡Feliz año nuevo! Os deseo mucha salud y mucho amor.