¡Larga vida a Lizzy y Darcy!

«Es una verdad reconocida por todo el mundo que un soltero dueño de una gran fortuna siente un día u otro la necesidad de una mujer.» Esta es la frase con la que Jane Austen (Hampshire 1775- Winchester 1817) inicia una de sus novelas más reconocidas, ‘Orgullo y prejuicio’, que esta semana ha celebrado el 200 aniversario desde su primera publicación.

Descubrí a Jane Austen en mi adolescencia a través de la lectura de ‘Sentido y sensibilidad’. Luego llegaron ‘Emma’, ‘Mansfield Park’, ‘La abadía de Northanger’, ‘Persuasión’ y la citada ‘Orgullo y prejuicio’, convirtiéndose estas dos últimas en mis preferidas.

Desde entonces, la prosa de Austen me ha transportado a la Inglaterra de principios del siglo XIX con sus usos y costumbres. Las diferencias entre las clases sociales altas y la pequeña burguesía, así como el complicado papel de las mujeres para asegurarse una existencia acomodada, ya que tenían que casarse antes de cierta edad y, si su familia no podía aportarles una buena dote, hacerlo con un hombre poseedor de una cuantiosa renta, son dos elementos comunes en su obra.

Mi afición por esta autora, que cuenta con una legión de seguidores, me ha llevado a descubrir un museo y varias películas y libros creados en torno a su figura y a su novela ‘Orgullo y prejuicio’.

En mi visita a Bath, localidad en la que la escritora residió entre 1801 y 1806, no pude dejar de entrar en el Jane Austen Centre. Para realizar un viaje en el tiempo a esa época nada mejor que la cafetería del museo, donde camareras uniformadas con la clásica cofia sirven té en tazas de porcelana, todo ello acompañado de pastas inglesas. El visitante sentirá que, en cualquier momento, puede encontrarse con Anne Elliot y el capitán Wentworth.

En cuanto al cine, las películas ‘La joven Jane Austen’ y ‘Conociendo a Jane Austen’ acercan la figura de la autora al espectador. La primera cuenta un enamoramiento de su juventud y resulta algo decepcionante. Por el contrario, la segunda, basada en el libro ‘The Jane Austen book club’, hace un repaso a su obra gracias a la creación de un grupo de lectura, entremezclando los argumentos de los libros con las vidas de los integrantes del club.

Además, sus novelas también han sido llevadas tanto a la gran como a la pequeña pantalla. ‘Orgullo y prejuicio’ es, probablemente, la más adaptada. En 2005 se estrenó una de sus últimas versiones protagonizada por Keira Knightley, que supone un excelente acercamiento para los no conocedores del universo Austen. Más original fue ‘Bodas y prejuicios’ (2004) en la que la cineasta Gurinder Chadha trasladó a Lizzy y Darcy al mismísimo Bollywood.

Muchos escritores han aprovechado también ‘Orgullo y prejuicio’ para basar sus relatos. En ‘Me and Mr Darcy’ Alexandra Potter presenta a una admiradora de Austen que empieza a tener encuentros con el mismísimo Mr Darcy, en los que comprobará que el dueño de Pemberley no es tan perfecto como lo imaginaba; en ‘Acting up’ Melissa Nathan introduce a un grupo de personas que van a representar la novela de Austen en un teatro y cuyas vidas son muy similares a las de los personajes de la obra; y en ‘Love, lies and Lizzie’ Rosie Rushton sitúa a los protagonistas en un instituto de la actualidad.

Esto demuestra que, pese a haber cumplido doscientos años, Lizzy y Darcy siguen en plena forma y son atemporales.

Para profundizar en el universo Austen, María Dueñas presenta en este artículo más ejemplos de lo que ella denomina Austenfilia.