Por muy positiva que sea, no catalogaría 2023 como uno de los grandes años de mi vida, aunque sí ha sido un año en el que he tomado decisiones de vital importancia, que hubiera preferido no verme obligada a tomar, y en el que he comprobado hasta dónde llegan los límites del dolor.
Los últimos doce meses han estado marcados por graves problemas de salud en mi familia, que nos han hecho superar mil y un obstáculos. Sin embargo, bien está lo que bien acaba y ahora todas están en proceso de recuperación y mejora.
Tengo muy buenas sensaciones para 2024, año que contiene mi número favorito y en el que cambio de década. El primer cuatrimestre comienza con mucho ritmo y cargado de proyectos interesantes.
En 2023 ha habido también buenos momentos y es de ellos de los que quiero acordarme en este repaso:
Viajes
Volver a mi adorada Londres es casi una necesidad y verla desde unos ojos diminutos le da otra dimensión. También hemos estado en Paris y disfrutado de Disneyland en Navidad, así como de Baiona, Biarritz y San Juan de Luz en estas fiestas. Prometo contar más sobre estos lugares en los próximos meses.
Seguir descubriendo Cantabria infinita, con sus pueblos y sus rincones, y Madrid, con sus museos y sus vistas, ha sido muy agradable.
Musicales
La historia interminable, Charlie y la fábrica de chocolate y Cantando bajo la lluvia han sido las novedades de 2023. Me han gustado todos, pero hago una mención especial al primero y su espectacular puesta en escena.
Música
Mi adorado Melendi ha celebrado 20 años sobre los escenarios y ha sido un placer disfrutar de su directo.
Libros
Empecé el año con títulos más invernales como El día que dejó de nevar en Alaska, lo continué con más primaverales como La cuenta atrás para el verano, llegué a las lecturas veraniegas y lo he terminado con Diciembre (no es lo mismo) sin ti. Pronto escribiré sobre mis más recientes descubrimientos literarios.
Os deseo un 2024 repleto de paz, amor y con mucha, mucha, mucha salud.
¡Feliz año nuevo!