El tiempo entre costuras, un musical muy bien adaptado

Las adaptaciones literarias siempre dan un poco de reparo. Cuando uno lee se imagina escenarios, personajes… y verlos trasladados al mundo real, a veces, supone una decepción. Afortunadamente, esto no ocurre con el musical de El tiempo entre costuras.

Cartel del musical El tiempo entre costuras

Basado en la novela de María Dueñas (sé que hay también una serie, pero no la he visto) narra la vida de Sira Quiroga que pasa de humilde costurera a espía internacional.

El Campos Elíseos bilbaíno ha acogido esta obra que estará en Donostia-San Sebastián, Alicante, Valencia, Madrid y Zaragoza de aquí a finales de mayo.

No es fácil llevar a escena una historia que transcurre entre Madrid, Marruecos y Lisboa desde los años previos a la Guerra Civil hasta la Posguerra. ¿Cómo recrear tantos lugares? ¿Cómo encarnar a sus protagonistas? ¿Dónde encajar la parte musical?

Escena del musical El tiempo entre costuras en el taller de costura de la protagonista

El equipo artístico lo salva a la perfección con una dosis justa de canciones y bailes, para hacer honor a su género, pero sin perder la atención del espectador. Es fiel a los múltiples pasajes del libro sin detenerse en detalles innecesarios para condensarlo en dos horas y media (con descanso incluido).

La productora es la misma que la de La historia interminable, que me sorprendió muy gratamente en Madrid.

Entre su elenco destacaría las voces de Sira, de doña Manuela y de una Candelaria muy flamenca.

Escena del musical El tiempo entre costuras con el personaje de Candelaria y todo el elenco haciendo un baile flamenco

El vestuario merece una mención especial con Lorenzo Caprile como diseñador del de Quiroga. Hay varias piezas que son arte puro.

Como sugerencia podrían adaptar la novela que continúa la historia: Sira.

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